En este post nos vamos al norte de España, donde queremos descubrir La Rioja. Una comunidad autónoma en la que se ha creado un entorno propicio para el cultivo de la uva, dando lugar a vinos únicos, reconocidos mundialmente. Y en torno al mundo del vino surgen multitud de actividades, desde catas y degustaciones en las numerosas bodegas que se extienden por toda la zona, a ferias, fiestas y festivales, lo que convierte a La Rioja en un destino más que atractivo. ¿Os animáis a descubrir las mejores cosas que ver en La Rioja?
Pero además de su rica tradición vinícola, La Rioja ofrece un maravilloso paisaje con montañas, ríos y pintorescos pueblos. Culturalmente también tiene mucho que ofrecer pues conserva un rico patrimonio histórico y arquitectónico que engloba impresionantes monasterios, iglesias y castillos. Así que en este artículo os proponemos un recorrido por aquellos lugares más interesantes que visitar en La Rioja, una región que combina a la perfección historia, riqueza vinícola y belleza natural.
Hemos disfrutado tanto en nuestro viaje a La Rioja que hemos decidido compartir con vosotros en este post algunos de los lugares que, basándonos en nuestra propia experiencia, hemos incorporado a nuestra lista de imprescindibles. Si estáis preparados, ¡arrancamos!
Tabla de Contenidos
- Qué ver en La Rioja, ¡15 lugares para alucinar!
- 1. Logroño
- 2. Visita por las bodegas de Logroño
- 3. Enciso y el Barranco Perdido
- 4. Briones
- 5. San Millán de la Cogolla y los Monasterios de Yuso y Suso
- 6. Sajazarra
- 7. Arnedo y las Cuevas de los Cien Pilares
- 8. Arnedillo
- 9. Ezcaray
- 10. El Parque Natural de Sierra Cebollera
- 11. Calahorra
- 12. Haro
- 13. Nájera
- 14. Cornago
- 15. Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo
- Mapa de las mejores cosas que ver en La Rioja
Qué ver en La Rioja, ¡15 lugares para alucinar!
1. Logroño
Nuestra primera parada en esta guía de los lugares imprescindibles que ver en La Rioja nos lleva inexorablemente a la capital, Logroño. A orillas del río Ebro, Logroño es también conocida por ser epicentro del Camino de Santiago en su ruta del norte. El río Ebro marca la fisonomía de la ciudad y los puentes que lo cruzan, entre ellos el Puente de Piedra, el Puente de Hierro o el recientemente construido Puente de Sagasta, son determinantes en la imagen de la capital riojana.
En el casco antiguo, con sus calles adoquinadas y sus animadas plazas, se crea un ambiente especialmente acogedor que invita a pasear y descubrir sus tesoros arquitectónicos. Entre ellos, la Concatedral de Santa María de la Redonda, una de las imágenes más icónicas de la ciudad. También hay que ver en Logroño la iglesia de Santa María de Palacio, muy próxima al Albergue de Peregrinos, que conserva el claustro y cuyo elemento más significativo es su torre de planta octogonal conocida como la «Aguja».
La iglesia de San Bartolomé es la más antigua de la ciudad, y en ella sobresale su portada gótica con reminiscencias románicas. El último de los cuatro templos que podemos visitar en el casco antiguo es la iglesia de Santiago el Real, en la Plaza de Santiago, frente al Parque del Ebro. Y no nos olvidamos de las Murallas del Revellín, restos de las fortificaciones que tuvo Logroño, entre los que se conservan el torreón, conocido como el Cubo del Revellín, y una de las puertas, la Puerta del Revellín.
Hay algunas casas-palacio que resultan muy interesantes como el palacio del Marqués de Monesterio o el palacio de los Capiteles. También el Teatro Bretón, un precioso edificio que inició sus representaciones en 1880, o la actual sede del Parlamento de La Rioja, que ocupa una parte del antiguo Convento de la Merced. Y llama la atención la Casa de las Ciencias, un edificio centenario frente al casco antiguo, actualmente dedicado a la divulgación de la ciencia y la tecnología.
Si os apetece iros de museos, os recomendamos el Museo de La Rioja, ubicado en un edificio barroco del siglo XVIII, conocido como Palacio de Espartero, que ofrece un recorrido por la historia de esta tierra, con colecciones que van desde la Edad Media hasta el Renacimiento y el Barroco. Y otro de los atractivos principales de la capital riojana es su exquisita gastronomía y sus bares. Para disfrutar de la gastronomía riojana, nada mejor como acercarse a las calles Laurel, San Juan o San Agustín.
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2. Visita por las bodegas de Logroño
Que la capital riojana está ligada inexorablemente a la cultura del vino es algo sobradamente conocido, de hecho, La Rioja es uno de los destinos más apreciados para los amantes del enoturismo. Dicho esto, no hay ninguna duda de que las bodegas constituyen uno de los lugares más interesantes que ver en la Rioja. La mayoría de ellas permiten visitas turísticas, en las que además de rendir culto al vino se pueden vivir experiencias gastronómicas partiendo del concepto de «maridaje».
Algunas de estas bodegas se encuentran en pleno casco urbano, como las bodegas Franco-Españolas que nacieron a finales del siglo XIX y están a un paso de la famosa calle Laurel, o Arizcuren, mucho más moderna. No muy lejos encontramos las bodegas Viña Ijalba, y ya a 5 kilómetros de Logroño, destaca arquitectónicamente la sede de Campo Viejo. En un edificio especialmente diseñado para su función vinícola se sitúa Olarra, alrededor del Castillo de Ygay las bodegas Marqués de Murrieta extienden sus más de 300 hectáreas de viñedos.
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3. Enciso y el Barranco Perdido
En los límites con la provincia de Soria vamos al encuentro de otro de los muchos lugares interesantes que ver en La Rioja, y nos trasladamos a Enciso. La verdad es que nos trae aquí la curiosidad por conocer las huellas o icnitas de los dinosaurios. Y es que durante el cretácico inferior, Enciso formó parte de una llanura encharcada en la que los dinosaurios dejaron sus huellas que, tras millones de años, acabaron solidificándose y la erosión, que ha ido desgastando las capas superiores, nos ha permitido observar las icnitas, de las que existen más de 3000.
En Enciso, un pueblo declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, se encuentra el Barranco Perdido, un parque de paleoaventura que cuenta con piscinas, geiseres, rocódromo, actuaciones teatralizadas y distintas actividades en las que, sobre todo los más pequeños, disfrutarán sintiendo paleontólogos por un día, pues podrán desenterrar fósiles, catalogarlos y llegar a conocer como eran los dinosaurios que habitaban La Rioja hace 120 millones de años.
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4. Briones
Nos vamos a Briones, uno de los pueblos más bonitos de La Rioja pues reúne todos los ingredientes para una escapada perfecta en la que podemos combinar naturaleza, cultura y vino. Emplazado en un cerro a 80 metros de altura, en plena sierra de la Demanda, esta población riojana goza del privilegio de formar parte de la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España. Su pertenencia a la comarca de Haro ya nos muestra que ésta es tierra de viñedos y magníficos caldos.
Lo ideal es visitar la villa con tranquilidad dejándose llevar por su belleza medieval y recorrerla desde la calle Mayor a la plaza de España. Os recomendamos no perderos algunos de los palacios más bonitos de Briones como el palacio de los Quincoces, del siglo XVI, el palacio de Gadea, del XVIII, o el palacio de los Marqueses de San Nicolás, sede del Ayuntamiento y del Museo Etnográfico de la Casa Encantada.
Declarada Conjunto Artístico en 1973, son de obligada visita la ermita del Cristo de los Remedios, del siglo XVIII, y la preciosa iglesia de la Asunción, cuyo interior alberga un órgano barroco del siglo XVII que es una auténtica joya. Y, por último, no os perdáis «La Casona», una casa de piedra y madera que data del siglo XVI, uno de los edificios más antiguos y mejor conservados de La Rioja, y también uno de los más fotografiados.
5. San Millán de la Cogolla y los Monasterios de Yuso y Suso
Saltamos a San Millán de la Cogolla, a los pies de la sierra de la Demanda, un lugar imprescindible que ver en La Rioja por su legado histórico y cultural y su gran belleza paisajística. Lo más relevantes de la localidad es el Monasterio de San Millán, formado a su vez por el Monasterio de San Millán de Suso, «de arriba», y el Monasterio de San Millán de Yuso, «de abajo». El conjunto monumental fue declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su origen se remonta a San Millán, un pastor que a su fallecimiento en el año 574 fue enterrado en su cueva de Suso. Esta cueva, con el tiempo, se convirtió primero en ermita, luego en iglesia y, por último, en un cenobio donde vivía una pequeña comunidad presidida por un abad. Cuenta la leyenda que el rey D. García ordenó su traslado al monasterio de Santa María la Real de Nájera, y durante el mismo, quienes lo transportaban quedaron como clavados en el suelo, lo que fue interpretado como la voluntad del santo de no abandonar su valle. Así que el Rey D. García ordenó construir en ese lugar el Monasterio de Yuso.
Por lo demás, aquí se conserva una magnífica colección de códices, entre los que destaca el Códice 60, donde se encuentran las Glosas Emilianenses, las primeras palabras escritas en romance, una lengua que evolucionó a lo que conocemos hoy día como castellano o español. También en San Millán escribió sus obras Gonzalo de Berceo, el primer poeta en lengua castellana conocido. Y por si no fuera suficiente, cuenta con un archivo y una biblioteca dignos de mención.
6. Sajazarra
En la Rioja Alta, en la comarca de Haro y envuelto en un paisaje de extensos viñedos, localizamos otra de las poblaciones que forma parte de la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España. Sajazarra es una villa medieval en la que todavía se conserva una de las cuatro puertas, la denominada El Arco, de la antigua muralla de finales del siglo XII o principios del XIII.
Merece la pena acercarse al Castillo-Palacio, construido en el siglo XV, una de las fortalezas más bellas que ver en La Rioja. Y a kilómetro y medio de Sajazarra se sitúa la ermita de Santa María de Cillas, patrona de la localidad, un edificio románico herreriano del siglo XIII. Especialmente destacable es el paisaje conformado por viñedos y campos de cereal, recorrido por senderos, que rodea Sajazarra.
¿COMO MOVERSE POR LA RIOJA?
Lo cierto es que lo suyo es que os hagáis con un coche de alquiler, si es que resulta que no disponéis de vehículo propio. Es, sin duda alguna, la forma más cómoda de recorrer La Rioja. Podéis ir a vuestro ritmo y llegar donde queráis cuando queráis. Mi recomendación es que consultéis el comparador de Rentalcars, suelen ser los más baratos y nunca jamás hemos tenido ningún problema con ellos.
La otra opción, bastante más incomoda, es que hagáis uso del transporte público, quedando a merced de los horarios y líneas que pueda haber disponibles. Podéis consultarlas en Omio y en las compañías locales y haceros una idea de las opciones que tenéis disponibles.
7. Arnedo y las Cuevas de los Cien Pilares
Situada en La Rioja Baja y bañada por el río Cidacos, Arnedo nuestra próxima parada en esta ruta por aquellos lugares que visitar en La Rioja que no debemos perdernos. En la población descubrimos la iglesia de San Cosme y San Damián, un precioso templo que cuenta con un espléndido retablo, y en la parte alta de la ciudad visitamos la iglesia de Santa Eulalia, la más antigua de Arnedo. Si os apetece hacer una parada y cambiar de tercio, nada como visitar las Bodegas Faustino Rivero Ulecia.
Entre las numerosas casas-palacio que existen en la villa destaca el palacio de la Baronesa, con hermosos balcones, el palacio del Arzobispo Argáiz, actual Casa de la Cultura, o el palacio-Casa Sopranis, edificado en el siglo XVIII. Merece la pena subir al Castillo de Arnedo por las increíbles vistas panorámicas, y al Monasterio de Vico, rodeado del espectacular paisaje que conforman el río Cidacos y su vega.
Aunque el auténtico tesoro de Arnedo es la Cueva de los Cien Pilares, situada en el cerro de San Miguel. Su origen se remonta a la Edad Media, cuando los habitantes de los valles buscaban refugio en lugares más seguros. Estas cuevas rupestres sobresalen en el paisaje riojano por el color rojizo que le confieren la arenisca y la arcilla. Constituían no solo un lugar donde vivir sino también un espacio de culto en el que el hombre podía desarrollar su vida espiritual.
8. Arnedillo
También en el valle del Cidacos localizamos otro de nuestros lugares preferidos que ver en La Rioja. La población de Arnedillo se extiende en una zona de gran valor ecológico declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Entre su patrimonio arquitectónico sobresale la iglesia de San Servando y San Germán, de principios del siglo XVI, y el Castillo de los Lomberas, ya existente en el siglo XIII, del que se conserva el torreón y un lienzo de muralla.
Otro de los lugares más curiosos de Arnedillo son las Cuevas del Ajedrezado, localizadas en la parte alta de la villa. Pero si por algo es especialmente conocida esta bella población riojana, es por sus aguas termales que fluyen por varios manantiales, entre ellos los de la margen izquierda del río Cidacos, conocidos como «Pozas». Si os atrevéis a probarlas debéis saber que sus propiedades minero-medicinales han sido reconocidas, incluso, en el tratamiento de algunas enfermedades reumatoides.
9. Ezcaray
Conocida sobre todo por la estación de esquí de Valdezcaray, que se encuentra tan solo a 14 kilómetros, la población de Ezcaray es uno de los lugares imprescindibles que ver en La Rioja, y ello por varios motivos. Por un lado, su situación en el valle del Oja, junto a la sierra de la Demanda, la convierten en un paraíso de montaña, rodeada de naturaleza y de paisajes de infarto. De hecho, son numerosas las rutas de senderismo que discurren entre rebollares, hayedos y pinares.
Por otro lado, Ezcaray cuenta con un precioso casco viejo que conserva la arquitectura tradicional y en el que suceden las plazas porticadas y las casas-palacio, entre ellas, el palacio de Torremuzquiz y el palacio del Ángel, son de los mejor conservados. También resulta muy interesante visitar la iglesia de Santa María la Mayor, en la que destaca un bellísimo retablo hispano-flamenco del siglo XVI.
10. El Parque Natural de Sierra Cebollera
En pleno Sistema Ibérico se extiende la Sierra de Cebollera, una cadena montañosa a unos 50 kilómetros de Logroño, caracterizada por un paisaje en el que predominan extensos bosques de pinos, hayas y robles y caracterizada por una riquísima biodiversidad y gran belleza paisajística. Entre ríos y arroyos de agua cristalina, verdes praderas y lagunas glaciares es posible avistar numerosas especies como corzos, zorros, jabalíes, águilas o buitres además de reptiles y anfibios.
El Parque Natural de Sierra Cebollera, que ocupa una extensión de más de 23.000 hectáreas, nació con el objetivo de conservar y proteger los valores de esta zona. En el Centro de Interpretación del Parque Natural, situado en la población de Villoslada de Cameros, hay una exposición permanente sobre las características más singulares de este increíble espacio natural. Este parque es el lugar ideal para la práctica del senderismo, ya que cuenta con una amplia red de senderos, y el turismo activo.
11. Calahorra
Calahorra es la segunda ciudad en importancia que ver en La Rioja. Emplazada en lo alto de un cerro hay constancia de que está habitada desde el siglo IV a.C, como dan fe los numerosos restos arqueológicos que se pueden ver en distintos puntos de la ciudad, como el Arco de San Andrés, la única de las puertas de las murallas romanas del siglo I d.C. que se conserva, el yacimiento de La Clínica o el Museo de la Romanización, ubicado en la conocida como Casa del Millonario.
El edificio religioso más importante de Calahorra es la Catedral de Santa María, resultado de las diferentes construcciones que se han ido realizando entre los siglos XV y XVIII. En su exterior destaca su austera fachada barroca y la puerta de San Jerónimo. Aunque también son reseñables la iglesia de San Andrés, que tiene su origen en el siglo VII, y la iglesia de Santiago, que preside la plaza del Raso.
No podemos olvidar el Monasterio de San José que cuenta con dos valiosas joyas, el Altar Mayor y un Cristo atado a la columna, la iglesia de San Francisco que acoge una exposición de pasos de Semana Santa, o el Santuario del Carmen, un templo carmelita del siglo XVII. El carácter agrícola de Calahorra, conocida como la «Ciudad de la Verdura» se pone en valor en el Museo de la Verdura, donde descubrimos todo el proceso de cultivo de la hortaliza, desde la huerta hasta la mesa.
HOTEL RECOMENDADO EN CALAHORRA
Permitidme otro alto en el camino. Estamos ante otra de las localidades clave a la hora de organizar un viaje por tierras riojanas. Calahorra es un lugar ideal para alojaros, no solo por la belleza de la localidad pero también por la cercanía con muchos de los atractivos de la comunidad: Arnedo, Arnedillo, Enciso, el Barranco Perdido o Cornago. Así que mi sugerencia es que al menos le dediquéis una o dos noches.
Si buscas una recomendación concreta, en mi caso estuve alojado en el Parador de Calahorra. Está ubicado a orillas del río Ebro, zonas verdes y jardines y en pleno centro de la localidad. No es caro y es ideal para recorrer los alrededores, así que más que recomendable.
12. Haro
Conocida mundialmente por sus vinos, Haro es uno de los lugares imprescindibles que ver en La Rioja por su cultura, su paisaje y su gastronomía. La villa de Haro se configura como un destino ideal para el enoturismo, así que una actividad que no debemos perdernos es la visita a alguna de las numerosas bodegas que pueblan la ciudad, repartidas en el barrio de La Estación, la avenida Santo Domingo, el paraje de Ubieta y el centro histórico. Bodegas Ramón Bilbao, Bodegas Bilbaínas, Bodega Akutain o Bodegas López de Heredia, son algunas de ellas.
Si la visita a las bodegas os ha abierto el apetito, os proponemos acercaros a la Plaza de la Paz a degustar unos suculentos pinchos. Si os apetece, en pleno Casco Viejo podemos seguir la ruta de la Herradura que arranca en la calle Santo Tomás, pasa por la plaza de San Martín y baja por la calle San Martín, donde encontraremos algunos de los bares con terrazas y restaurantes más típicos de Haro.
Pero ojo, porque esta población de la Rioja Alta cuenta con un patrimonio arquitectónico nada desdeñable, así que conviene no perderse la Basílica de la Vega, un templo barroco del siglo XVIII en el que sobresale su característica portada de arco de medio punto, y la iglesia de Santo Tomás, con su soberbia torre. La obra civil más importante de Haro es el Ayuntamiento, de estilo neoclásico, aunque también destaca el palacio de Bendaña, una joya del plateresco.
ALOJAMIENTO RECOMENDADO EN HARO
Haro es un lugar ideal para establecer tu base de operaciones por tres motivos: hay una buena oferta de alojamientos, es el centro neurálgico del enoturismo riojano y en sus alrededores te encontrarás con algunos de los rincones más bonitos que ver en La Rioja. En mi caso, te puedo ofrecer una recomendación de primerísima mano: el Hotel Plaza De La Paz, un hotelito de tres estrellas en pleno centro de la localidad y con unas instalaciones fabulosas.
13. Nájera
Nájera es otro de los lugares más interesantes que ver en La Rioja. En el Museo Histórico Arqueológico se exhiben los hallazgos arqueológicos que nos muestran la existencia de población en su término municipal desde la Edad de Bronce. Uno de los lugares más emblemáticos de Nájera es el Monasterio de Santa María la Real que, ubicado en pleno Camino de Santiago, fue Panteón Real de los reyes de Navarra.
Otro de los imprescindibles de La Rioja son las Cuevas de Nájera, un conjunto de habitaciones escalonadas en cinco alturas, de las que en la actualidad se pueden visitar cuatro. Su origen se remonta a un momento de turbulencias políticas y militares que obligó a la población a buscar refugio en un lugar más seguro. Desde aquí se pueden disfrutar de unas preciosas vistas de todo el valle.
Determinante en la fisonomía de la población es el Puente de San Juan Ortega, remodelado en el siglo XII por San Juan Ortega y reconstruido y reforzado en numerosas ocasiones. Un paseo por Nájera nos permitirá descubrir otros puntos de interés como la Capilla de la Madre de Dios, adosada al Convento de Santa Elena o la Real Capilla de la Santa Cruz. También los restos que se conservan del antiguo Alcázar, que goza de unas vistas privilegiadas del casco antiguo.
14. Cornago
En plena sierra de Alcarama y en el límite con la provincia de Soria descubrimos uno de los pueblos más bonitos que ver en La Rioja. Lo más relevante de Cornago es su imponente Castillo que se alza en la cima de una colina, a cuyos pies se extiende la población. Fue construido en el siglo XIII sobre una antigua fortaleza del siglo IX y conserva sus cuatro torres, tres circulares y una cuadrada. Desde la Edad Media ha estado ligado al linaje de los Luna, que fueron señores de la villa.
Otra de las señas de identidad de este pueblo singular y con encanto es la iglesia de San Pedro que, situada junto al castillo, fue construida en los siglos XV y XVI aunque la torre y su capilla barroca datan del XVII y fue terminada en 1711. En su casco antiguo, formado por estrechas callejuelas, podemos ver algunos edificios distinguidos como el palacio de los Baroja, del siglo XVI. También hay numerosas ermitas, como la ermita de San Blas o la ermita de Santa Catalina.
15. Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo
Finalizamos nuestra ruta por los lugares más interesantes que visitar en La Rioja en dos poblaciones incluidas en la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España, Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo. Ambas pertenecen a las Siete Villas de las Viniegras, en la comarca del Alto Najerilla, al sur de la región. Viniegra de Arriba, en el límite con la provincia de Soria y a la sombra del pico Urbión, es un pequeño pueblo con encanto con calles empedradas y edificios de piedra, algunos del siglo XVII, además de la iglesia parroquial de la Asunción y la ermita de la Magdalena.
Pero si Viniegra de Arriba es una maravilla, no se queda atrás Viniegra de Abajo, una población de cuya antigüedad dan muestra el hallazgo de tumbas y una estela visigótica. Ubicada a lo largo del río Urbión, toda la vega del río es de gran belleza. Resulta una auténtica delicia pasear por sus calles empedradas salpicadas de casonas indianas de piedra. En cuanto a su patrimonio monumental, lo más relevante es la iglesia parroquial de la Asunción así como las ermita de la Soledad.
Mapa de las mejores cosas que ver en La Rioja
Como siempre, a continuación te dejo un mapa con los imprescindibles de La Rioja que te recomiendo en líneas anteriores. Como veis, los puntos de referencia están muy cerca los unos de los otros y es posible visitarlos todos en poco tiempo. ¡Espero que os sea de utilidad.
¡Hay de todo! Si por lo que sea no tienes mucho tiempo y quieres centrarte en los imprescindibles de La Rioja, déjame que te deje algunas sugerencias de los rincones que no me perdería por nada del mundo. Así que coge papel y boli y no te dejes ninguno. Estos son: Logroño y sus bodegas, Enciso y el Barranco Perdido, Briones, San Millán de la Cogolla, los Monasterios de Yuso y Suso, Arnedo, Arnedillo, Ezcaray, Haro y Cornago.
En este reportaje tienes una lista muy exhaustiva con todas cosas que ver en La Rioja, entre las que se incluyen: Logroño y sus bodegas, Enciso y el Barranco Perdido, Briones, San Millán de la Cogolla y los Monasterios de Suso y Yuso, Sajazarra, Arnedo y las Cuevas de los Cien Pilares, Arnedillo, Ezcaray, el Parque Natural de Sierra Cebollera, Calahorra, Haro, Nájera, Cornago y Viniegra de Arriba y de Abajo. ¡Toma ya!
Es cierto que en La Rioja tienes de todo: bodegas a tutiplén, pequeños pueblecitos con mucho encanto, paisajes naturales de auténtico vértigo, una capital muy coqueta y una gastronomía de quitar el hipo, pero la realidad es que las distancias son pequeñitas. Con esto en mente, creo que con unos cinco días completos es posible hacerse con una idea bastante completa de la comunidad autónoma, lo que no quita que le puedas dedicar algo más de tiempo.
Pues aquí finaliza nuestro viaje por los lugares más atractivos que ver en La Rioja. Hemos recorrido la comunidad autónoma de norte a sur y de este a oeste para mostraros la gran riqueza natural y patrimonial que atesora esta parte de España. ¿Qué os ha parecido? La verdad es que sorprende la variedad de paisajes, la belleza de las poblaciones más relevantes, como Logroño o Calahorra, y el encanto de algunos de sus pueblos .
Y todo ello sin olvidar que La Rioja es un destino de enoturismo mundialmente reconocido que junto con su excelente gastronomía conforman un maridaje perfecto. Historia, patrimonio, naturaleza y gastronomía van de la mano en esta región, ¿qué más se puede pedir? Si aún no la conocéis, os animamos a que no dudéis en visitarla y ojalá que este post os sirva de punto de partida para organizar vuestra próxima escapada. Nosotros nos despedimos ya pero esperamos veros muy pronto.
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